Historias

historias de Las Klaudias.


Klaudia que canta su miedo espanta.

"Camisetas pintadas a mano La Kleta"
Klaudia Chhanteur
   klaudia Chanteur,  cuando canta, puede hacer que tus miedos se encojan hasta desaparecer. Empezó a cantar cuando era una niña muy pequeña. Sus padres eran grandes amantes del jazz y solían ponerle a Klaudia sus viejos discos de vinilo. Ella los escuchaba, unas veces sentada y otras bailando. Pero siempre atenta a cada nota. Intentando descubrir el secreto de aquellas voces mágicas que tan bien le hacían sentir.
Durante el día Klaudia era una niña revoltosa y divertida, un precioso torbellino de imaginación y dulzura. Pero cuando llegaba la noche, el mágico mundo de la pequeña Klaudia empezaba a oscurecer. En cuestión de segundos su habitación podía llenarse con un sinfín de ruidosos monstruos. Y claro, con tanto jaleo, no había quien durmiese. Sus padres le dijeron a Klaudia que para evitar que los monstruos entren, lo mejor es entretenerles con una canción. Así que todas las noches sus padres le ponían “If dreams come true” en el viejo tocadiscos. La magia de la voz de Billie Holiday alejaba a los monstruos y Klaudia se dormía.
Una noche Klaudia de despertó de pronto. Oyó un ruido muy fuerte en la oscuridad de su habitación.- “Los monstruos”- pensó. Fue tal el susto que se llevo, que su pelo, que siempre había sido muy, muy liso, se rizo de golpe. Tenía tanto miedo que estaba paralizada, pero recordó el consejo de sus padres y comenzó a cantar: If dreams come true ….. I’ll be with you…….. I love that smile in your eyes……. You see a dream in the skies……. In your caress there is happiness …….And love in view……. If dreams come true…….  Se dio cuenta de que cuanto mas cantaba menos miedo tenía. Y cuanto menos miedo tenia ella mas pequeños se hacían los monstruos. Así que decidió no dejar nunca de cantar y no volver a tener miedo de nada nunca más. 
 Chanteur: significa cantante en francés.


 

Klaudia Pin y su perro Up.
"camiseta pintada a mano"
Klaudia Pin y su perro Up

 A Klaudia Pin y a su perro Up les encanta pasear por la ciudad. Sobre todo los días de sol. Klaudia siempre dice que el sol hace que los colores despierten y salten de alegría.
A Klaudia Pin le gustan las personas alegres, el color rojo, los lunares, las estrellas, los dulces, el olor de la hierba recién cortada, los tatuajes, reírse, los zapatos de tacón, el Rock and Roll, los besos, la lluvia que no la moja, dar paseos con su perro Pin y el chico que vive en su calle, a tres portales de distancia.
A su perro Up le gustan los huesos, las pelotas amarillas, que le rasquen la barriga, dormir entre horas, rascarse la oreja izquierda, dar paseos con Klaudia Pin y mear todos los días la tercera farola de su calle.


 
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Klaudia Elbas.

"camiseta pintada a mano"
Klaudia Elbas
Se podría decir que a Klaudia Elbas las relaciones sociales no se le dan muy bien. Es extremadamente tímida y las palabras no son su fuerte.
Algunas mañanas antes de salir de su casa incluso practica delante del espejo: -Hola! Buenos días; Hola! ¿Qué tal?; Hola!¿Cómo va todo?- Pero cuando se encuentra con alguien y llega el momento de saludar: Klaudia levanta un poquito la cabeza, esboza una sonrisa y rápidamente baja de nuevo la mirada. La ventaja de mirar tanto hacia abajo es que a veces se encuentra cosas muy curiosas. Aunque claro, una sola ventaja no es suficiente.
La mente de Klaudia es una fuente inagotable de creatividad. Un remolino de ideas que se iban al desagüe por culpa de su timidez. Necesitaba expresarse. Tenía muchas cosas que comunicar. Pero no sabía cómo. Lo intentó de casi todas las formas: dibujó, pintó, escribió, esculpió, bailó, interpretó (siempre de mimo), incluso probó a cambiar de idioma. Nada funcionó. Había veces que se sentía muy frustrada, pero no se rindió. Sabía que algún día encontraría la manera.
Una tarde, rebuscando en el trastero de su casa encontró un viejo bajo eléctrico. Y también el viejo amplificador. Estaban llenos de polvo y al bajo le faltaban las cuerdas. Al principio Klaudia pensó que era una guitarra, pero sólo se le podían poner cuatro cuerdas, así que algo no encajaba. Se puso nerviosa, no sabía porqué, de repente, se sentía tan emocionada. Quizá de alguna forma estaba presintiendo que aquel hallazgo cambiaria su forma de ver el mundo, y también la forma en que el mundo la veía a ella.
Bajó las escaleras de dos en dos, buscó a su padre por toda la casa. Le encontró en el salón y le enseñó su hallazgo. Su padre sonrío, aquel viejo bajo Fender le traía muchos recuerdos. Había tocado en un grupo punk cuando era joven y hacía muchos años que no lo veía. No eran muy buenos tocando, pero se divertían muchísimo. Le preguntó a Klaudia si quería probar a ver si aún sonaba y ella le mostró las más amplia de sus sonrisas a modo de respuesta.
El padre de Klaudia cogió el viejo bajo. Lo limpió con mino. Le puso cuerdas nuevas. Bajó el amplificador del trastero. Lo enchufó. Busco el cable para conectar el bajo al amplificador. Los conectó. Colocó su mano izquierda en el mástil. Se aseguro que cada dedo presionase la cuerda oportuna. .Deslizó su mano izquierda por las cuerdas. Y por fin… sonó.
Klaudia escuchó un sonido grave y profundo. La cautivó. Su padre, al ver la emoción de sus ojos, le pasó el relevo y le regaló aquel viejo Fender. Ella se sintió tan feliz al tocar aquellas cuatro cuerdas que ya nada le hizo cambiar de opinión. Aprendería a tocar el bajo. Tuvo que esforzarse y estudiar mucho, pero consiguió convertirse en una gran bajista. Por fin Klaudia Elbas había encontrado su forma de comunicarse con el mundo.

Elbas: significa bajo eléctrico en sueco.



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